Las grandes compañías están haciendo avances de todo tipo en el prometedor campo de la inteligencia artificial (IA). Desde el renderizado inverso para convertir imágenes 2D en objetos 3D de Nvidia hasta un traductor en tiempo real para 200 idiomas de Meta. IBM ha centrado parte de sus esfuerzos en desarrollar innovaciones relacionadas con los sentidos químicos, como el del gusto.
El gigante estadounidense, a través de IBM Research, que es la división de investigación industrial más grande del mundo, lleva varios años tratando de desarrollar un dispositivo electrónico pequeño y asequible capaz de detectar y analizar los compuestos químicos de los líquidos, y finalmente lo ha conseguido. Se trata de «Hypertaste».
Una lengua electrónica por IA
IBM explica que tomó de ejemplo para su investigación el funcionamiento del sentido del gusto humano, pero se encontró con que imitar el funcionamiento de este no era cosa fácil. La razón de esto es que se trata de un sistema de enorme complejidad regido por varios procesos físicos-químicos que son muy difíciles de analizar.
Los líquidos contienen moléculas diferentes y la combinación de todas ellas es lo que nos permite distinguirlos y clasificarlos. Partiendo desde esta base, el equipo de desarrollo pensó que era una buena idea utilizar una serie de sensores electroquímicos multisensitivos formados por pares de electrodos para detectarlos, y acertaron.
Ya tenían el hardware necesario para recoger los suficientes datos de las moléculas de los líquidos y así poder analizarlas en conjunto. El paso siguiente fue incluir en el proceso un algoritmo de aprendizaje automático que se encargaba de comparar las características del líquido con una base de datos de sustancias conocidas.
Como posiblemente te imaginas, el algoritmo comparaba los datos e identificaba qué líquidos de la base de datos eran similares a los que se estaban investigando. Una vez que había una coincidencia, los investigadores podían consultar los detalles de la composición química del líquido en cuestión.
La parte más difícil no fue desarrollar el hardware de esta lengua electrónica, sino entrenar el algoritmo. IBM hizo esto midiendo la respuesta del conjunto de sensores en líquidos varias veces y luego alimentando los datos resultantes en un modelo de aprendizaje automático que extrae las características asociadas con cada líquido.
El equipo de investigación ahora ha logrado simplificar esta solución de detección y análisis de compuestos químicos en un pequeño dispositivo electrónico llamado «Hypertaste«. Los datos recogidos por este se envían a la nube y, tras el trabajo del algoritmo de aprendizaje automático, llegan al usuario a través de una aplicación móvil.
De momento se ha probado con éxito la capacidad de esta lengua electrónica en diferentes tipos de agua, jugos de frutas, vinos y café. Hasta ha podido identificar alcohol falsificado. En base a esto, la compañía cree que Hypertaste podría utilizarse para detectar productos alterados, controlar la calidad de bebidas y, a escala industrial, desarrollar nuevos sabores.
Por lo pronto, IBM Research seguirá trabajando para mejorar esta solución potenciada por inteligencia artificial, por lo que todavía tendremos que esperar un poco para un posible despliegue comercial.
Fuente: https://www.xataka.com